Éste hubiera sido su destino de no ser por los esfuerzos de un viejo barbero, Juan Delgadillo. Él ha sido uno de los principales impulsores de la recuperación de la Ruta 66 como intinerario histórico. Hoy en día, Seligman es un pueblo lleno de tiendas, casas y gasolineras restauradas, y la parada merece mucho la pena. A nosotros nos ha encantado, uno de los pueblos más fotogénicos de la 66!!
Dando una vuelta... un cartel nos ha sorprendido. Nos hace darnos cuenta de lo lejos que estamos de casa...
Siguendo unas millas hay otra parada obligatoria, la Hackberry General Store. Otra de esas tiendas-gasolineras llena de mil curiosidades: fotos antiguas, souvenirs, matrículas colgadas del techo, etc. Hasta un mapa donde cada viajero pone una chichenta para indicar de qué parte del mundo viene. Como podeis ver, la ruta es muy famosa no solo en América, sino también en Europa.
En el exterior de la tienda, varios coches, surtidores antiguos, un taller, etc. y unas sillas a la sombra donde nos hemos relajado antes de seguir con la carretera (qué novedad! jeje).
Varias millas más tarde, llegamos a Kingman, un pueblo más grande que el resto de los que os hemos hablado, donde hemos visitado el museo de la ruta (4$!). Nos ha encantado ver más murales currados de la 66, os dejamos los que más nos han gustado:
Después hemos aprovechado para llenar la barriga con las famosas hamburguers del Mr. D'z.
Ya por la tarde hemos atravesado el desierto de Mohave (los 45 grados no nos los ha quitado nadie!!!), por una carretera sinuosa con vistas espectaculares.
Todo para llegar a Oatman, antigua colonia minera que ahora es muy típica visitar porque sus calles estan llenas de burros. Si no fuera porque hay coches y harleys (muchas!) parece que estés en el antiguo oeste!
Ya con el cansancio del día, hemos decidido quedarnos a dormir en un pequeño motel a las orillas del río colorado. El bañito en la piscina nos ha sentado de lujo así que ya estamos con energias removadas para mañana seguir con más :)
Un abrazo!!